¿Cuánta electricidad consume *realmente* una impresora 3D? (Análisis de costes para 2025)

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Con el aumento de los costes energéticos previsto para 2025, es una pregunta pertinente para cualquier creador, aficionado o propietario de una pequeña empresa: ¿está su afición a la impresión 3D incrementando silenciosamente su factura de la luz? Si ve su impresora trabajando durante diez, veinte o incluso cuarenta horas en un solo proyecto, es lógico preguntarse cuál es el coste total.

Vayamos al grano. Para la mayoría de los usuarios con impresoras 3D de modelado por deposición fundida (FDM) de escritorio comunes, el costo es sorprendentemente bajo. En la mayoría de los casos, usar una impresora 3D cuesta menos por hora que usar una computadora de juegos moderna o incluso un microondas. Generalmente hablamos de un costo de entre 0,05 y 0,25 dólares por hora de impresión.

Esta guía va más allá de simples estimaciones. Analizaremos las cifras exactas, le mostraremos cómo calcular el consumo energético de su impresora y le explicaremos claramente qué factores influyen en dicho consumo. Al final, no solo conocerá el coste, sino que también tendrá herramientas prácticas para reducirlo, lo que le permitirá tener un control total.

En resumen

Antes de analizar las variables, establezcamos un punto de partida claro. El consumo de energía de las impresoras 3D se mide mejor en vatios (W), y el coste de la electricidad se mide en kilovatios-hora (kWh). A continuación, se muestran los valores típicos de consumo de energía que puede esperar.

El consumo medio de energía varía mucho en función de la tecnología de la impresora y de lo que esté haciendo:

  • Impresora FDM para aficionados (p. ej., impresión de PLA): Tras el calentamiento inicial, estas impresoras consumen entre 50 y 150 vatios de media. El pico inicial para que la boquilla y la cama alcancen la temperatura óptima puede ser mayor, pero este es el consumo constante.
  • Impresoras FDM más grandes/cerradas (por ejemplo, para imprimir ABS): Estas necesitan más potencia para calentar camas más grandes y mantener temperaturas más altas, con un promedio de entre 200 y 350 vatios durante una impresión.
  • Impresoras de resina (SLA/DLP): Son mucho más eficientes energéticamente. Como utilizan LED o un láser para curar la resina líquida en lugar de energía térmica para fundir el plástico, su consumo es mucho menor, normalmente entre 30 y 70 vatios.

Partiendo de una tarifa eléctrica promedio hipotética en EE. UU. de 0,17 dólares por kWh en 2025, esto es lo que significan esas cifras para su bolsillo:

  • Coste por hora (FDM típica): Una impresora con un consumo medio de 120 W cuesta aproximadamente 0,02 dólares por hora.
  • Costo de una impresión de 10 horas: Esa misma impresora funcionando durante 10 horas costaría alrededor de $0.20.
  • Costo mensual (aficionado moderado): Si imprime durante 40 horas al mes, su costo total de electricidad sería de alrededor de $0.82.

Como puede verse, el coste de la electricidad rara vez es el mayor gasto en la impresión 3D.

Los 7 factores clave

La respuesta a "¿cuánta electricidad consume una impresora 3D?" siempre es "depende". Comprender las variables es clave para gestionar el consumo. Estos son los siete factores principales que determinan el coste final.

1. Tipo y tamaño de la impresora

Como ya hemos mencionado, la tecnología principal de tu impresora es el factor que marca la mayor diferencia. Las impresoras FDM son las más comunes y utilizan sistemas de calentamiento tanto para la boquilla (extrusor) como para la superficie de impresión (cama caliente). Estos sistemas de calentamiento son los que más energía consumen. En cambio, las impresoras de resina utilizan fuentes de luz de bajo consumo (LED o láseres) y motores pequeños, lo que se traduce en un consumo energético mucho menor.

En el extremo industrial de la gama, las impresoras de sinterización selectiva por láser (SLS), que utilizan láseres potentes para fusionar polvo, consumen mucha más energía y necesitan un circuito dedicado de alta potencia, lo que las sitúa en una categoría completamente diferente a la de las máquinas de consumo.

2. La cama calefactada

En el mundo de la impresión 3D por deposición de material fundido (FDM), el componente que más energía consume es la cama caliente. La boquilla del extrusor es diminuta y necesita relativamente poca energía para mantenerse a temperatura. La cama, en cambio, es una gran placa de aluminio que requiere mucha energía para calentarse y mantener su temperatura, sobre todo al aire libre.

Por eso, el material de impresión influye tanto. Imprimir con PLA, que suele requerir una temperatura de la cama de 60 °C o incluso permite imprimir sin la cama, consume mucha menos energía que imprimir con ABS o ASA, que necesitan temperaturas de 100 °C o superiores. Mantener esa diferencia de más de 40 °C durante una impresión larga consume una cantidad considerable de energía.

3. Temperatura de la boquilla

Aunque no influye tanto como la cama de impresión, la temperatura de la boquilla también es importante. Los distintos filamentos se funden a diferentes temperaturas. El PLA imprime a una temperatura relativamente baja de 190-220 °C. El PETG necesita algo más de calor, alrededor de 230-250 °C. Materiales como el ABS, el nailon o el policarbonato requieren temperaturas de 250-300 °C o más.

Cuanto mayor sea la temperatura, más energía deberá consumir el cartucho calefactor del extrusor para mantenerla. La placa de control de la impresora utiliza un proceso denominado ajuste PID para suministrar pulsos de energía constantes al calentador, manteniendo así la temperatura estable. Una temperatura objetivo más alta implica que estos pulsos sean más frecuentes y de mayor duración.

4. Duración y complejidad de la impresión

Es sencillo: cuanto más tiempo dure una impresión, mayor será el consumo total de energía (medido en kWh). Una impresión de 20 horas consumirá el doble de energía que una de 10 horas, si todas las demás variables permanecen constantes.

Sin embargo, el consumo de energía no es constante. Una impresión tiene dos fases principales: el calentamiento inicial y la fase de impresión estable. Durante el calentamiento, la impresora consume su máxima potencia, ya que tanto la cama caliente como la boquilla funcionan al 100% o cerca de esa temperatura. Esto puede suponer 250 W o más. Una vez alcanzada la temperatura, el consumo de energía disminuye considerablemente, ya que las resistencias solo necesitan encenderse y apagarse intermitentemente para mantener el calor. El consumo medio durante toda la impresión será mucho menor que el pico inicial.

5. El uso de una carcasa

Un dato que puede parecer contradictorio: añadir una carcasa puede reducir el consumo energético total. Esto es especialmente cierto al imprimir materiales de alta temperatura como el ABS.

Una carcasa atrapa el calor que irradia la cama caliente, creando un ambiente cálido y estable dentro de la impresora. Esto tiene dos efectos. Primero, evita que las impresiones se deformen. Segundo, reduce el esfuerzo que deben realizar la cama caliente y la boquilla para mantener la temperatura deseada. Al trabajar contra un ambiente cerrado a 40 °C en lugar de una habitación abierta a 20 °C, se reducen los ciclos de calentamiento y el consumo energético promedio.

6. Temperatura ambiente

El entorno en el que funciona la impresora es importante. Una impresora instalada en un garaje o sótano frío durante el invierno tendrá que consumir mucha más energía para calentar la base y el cabezal de impresión que una impresora en una oficina con climatización.

Cuanto mayor sea la diferencia de temperatura entre los componentes de la impresora y el aire circundante, más rápido perderán calor y más tendrán que trabajar los calefactores para compensarlo. Esto se traduce directamente en un mayor consumo de electricidad.

7. Componentes y actualizaciones de la impresora

Los calentadores son los que realizan el trabajo pesado, pero no son los únicos componentes que consumen energía. El consumo total también incluye:

  • Motores paso a paso que mueven el cabezal de impresión y la cama de impresión.
  • La placa de control principal (el cerebro de la impresora).
  • La interfaz LCD o táctil.
  • Ventiladores de refrigeración (para el hotend, la refrigeración de la pieza y la electrónica).
  • Tiras de luces LED u otras mejoras estéticas.

Individualmente, estos componentes consumen poca energía (un ventilador puede consumir entre 1 y 2 W, y una placa base entre 5 y 10 W). En conjunto, establecen un consumo base que persiste incluso con los calefactores apagados. Actualizar a placas base más potentes o añadir iluminación extensa aumentará este consumo base.

Cómo calcular su costo

Las estimaciones son útiles, pero medir tu instalación específica te dará respuestas definitivas. Es un proceso sencillo de cuatro pasos que te permitirá conocer con claridad tu consumo de energía.

Paso 1: Encontrar la potencia nominal

Primero, revise la fuente de alimentación de su impresora. Encontrará una etiqueta con sus especificaciones, incluyendo la potencia máxima (por ejemplo, 350 W o 500 W). También puede consultar esta información en el manual de la impresora o en el sitio web del fabricante. Es importante tener en cuenta que esta es la potencia máxima absoluta que la fuente de alimentación puede proporcionar; no se refiere al consumo promedio de la impresora. La impresora solo consumirá la energía que necesite en cada momento.

Paso 2: Medir el uso real

La forma más precisa de determinar el consumo energético de tu impresora es medirlo directamente. La mejor herramienta para ello es un monitor de consumo eléctrico sencillo y económico, también conocido como medidor de potencia. Estos dispositivos se conectan a la toma de corriente y, a continuación, conectas la impresora al monitor.

Al realizar una impresión típica, el monitor mostrará el consumo de energía en tiempo real, expresado en vatios. Para obtener un cálculo más preciso, deje que el monitor funcione durante toda la impresión. De esta forma, no solo se mostrará el pico de potencia durante el calentamiento inicial, sino que también se registrará el total de kilovatios-hora (kWh) consumidos. Para obtener un promedio aproximado, anote el consumo de potencia una vez finalizada la fase de calentamiento inicial.

Paso 3: Calcular la tarifa eléctrica

A continuación, necesita saber cuánto paga por la electricidad. Consulte su factura de servicios públicos más reciente. Busque el concepto que muestra el costo por kilovatio-hora (kWh). Esta tarifa puede variar considerablemente según su ubicación, la hora del día y la época del año. Para nuestros ejemplos, utilizamos un promedio nacional de 2025 de $0.17/kWh, pero al usar su tarifa específica obtendrá un costo exacto.

Paso 4: La fórmula de cálculo

Con tus datos, el cálculo es sencillo. La fórmula para calcular el coste de una sola impresión es:

(Average Watts / 1000) × Hours of Printing × Cost per kWh = Total Print Cost

Analicemos el ejemplo del esquema:

  • Consumo medio de la impresora: 120 W (medido con un medidor de potencia durante la impresión)
  • Tiempo de impresión: 8 horas
  • Tarifa de electricidad: 0,17 dólares por kWh (de su factura de servicios públicos)

Cálculo:

  1. Convertir vatios a kilovatios: 120 W / 1000 = 0.12 kW
  2. Calcula el consumo total de energía: 0.12 kW × 8 hours = 0.96 kWh
  3. Calcula el coste final: 0.96 kWh × $0.17/kWh = $0.1632

El resultado: imprimir un documento completo de 8 horas en esta máquina cuesta poco más de 16 centavos.

Escenarios del mundo real en 2025

Apliquemos esta fórmula a algunos escenarios de impresión comunes, utilizando nuestra tarifa de 0,17 $/kWh.

Escenario 1: La pequeña imprenta para aficionados

Estás imprimiendo un Benchy 3D clásico o una miniatura para juegos de mesa en PLA. La impresión es pequeña y rápida.

  • Impresión: miniatura PLA de 3 horas.
  • Supuestos: Cama caliente a 60 °C, consumo promedio de 100 W.
  • Desglose de costos: (100W / 1000) * 3 hours * $0.17/kWh = $0.051 . Esta impresión cuesta aproximadamente 5 centavos.

Escenario 2: La impresión larga y funcional

Necesitas una pieza duradera y funcional para una reparación doméstica o un proyecto personal y has elegido PETG. Esta es una impresión más larga y robusta.

  • Impresión: Soporte PETG de 15 horas.
  • Supuestos: Cama caliente a 80°C, consumo medio de 150W.
  • Desglose de costos: (150W / 1000) * 15 hours * $0.17/kWh = $0.3825 . Este gran proyecto cuesta poco más de 38 centavos.

Escenario 3: La impresión a alta temperatura

Para una pieza que necesita soportar altas temperaturas, se utiliza ABS dentro de una carcasa. Esto requiere altas temperaturas tanto para la boquilla como para la base.

  • Impresión: Carcasa electrónica ABS de 12 horas.
  • Supuestos: Cama calefactada a 100 °C, consumo medio de 250 W (inferior al que se obtendría sin una carcasa).
  • Desglose de costos: (250W / 1000) * 12 hours * $0.17/kWh = $0.51 . Incluso esta exigente impresión cuesta solo 51 centavos.

Escenario 4: La impresión en resina

Estás imprimiendo un modelo muy detallado en una impresora de resina de tamaño medio.

  • Impresión: Estatua de resina de 6 horas.
  • Supuestos: Consumo medio de 50 W de la pantalla LED y el motor.
  • Desglose de costes: (50W / 1000) * 6 hours * $0.17/kWh = $0.051 . El coste es idéntico al de la impresión FDM pequeña, a pesar de funcionar durante el doble de tiempo, lo que demuestra la eficiencia de la impresión con resina.

Comparación de electrodomésticos

Para poner en perspectiva el consumo energético de una impresora 3D, resulta útil compararlo con el de otros electrodomésticos comunes.

  • Impresora 3D (FDM, promedio): ~120 W
  • PC para juegos (a plena carga): ~400-600 W
  • Refrigerador moderno: ~150-200 W (pero se enciende y se apaga cíclicamente)
  • Televisor LED de 60 pulgadas: ~80-150 W
  • Horno microondas: ~1200 W
  • Bombilla incandescente (antigua): 60 W

Una impresora 3D típica consume aproximadamente la misma energía que un televisor grande o un par de bombillas incandescentes antiguas. Consume mucha menos energía que un ordenador de sobremesa de gama alta para videojuegos o un electrodoméstico de alto consumo como un microondas. El coste de la impresión 3D radica en su larga duración, no en su alta intensidad.

8 consejos para reducir costos

Aunque el coste ya es bajo, puedes reducirlo aún más. Estos ocho consejos te ayudarán a optimizar tu impresora para obtener la máxima eficiencia.

  1. Utilice una carcasa: Como ya se ha comentado, una carcasa es la mejor mejora para reducir el consumo de energía, especialmente al imprimir con filamentos de alta temperatura como ABS, ASA o nailon.
  2. Optimiza la configuración del laminador: Una pieza con relleno del 100 % tarda mucho más en imprimirse que una con relleno del 20 %. Usa solo la densidad de relleno necesaria para la función de la pieza. Un menor tiempo de impresión se traduce directamente en un menor consumo de energía.
  3. Imprime varias piezas a la vez: El ciclo de calentamiento inicial consume mucha energía. Al llenar la plataforma de impresión e imprimir varias piezas simultáneamente, solo incurres en ese coste de calentamiento una vez, lo que hace que cada pieza sea más eficiente energéticamente.
  4. Reducir la temperatura de la cama: Muchos programas de corte permiten configurar una temperatura más alta para las primeras capas, que son cruciales, y luego reducirla para el resto de la impresión. Bajar la temperatura de 60 °C a 50 °C después de la capa 10 puede ahorrar una cantidad sorprendente de energía en una impresión larga.
  5. Elija el material adecuado: No utilice ABS si el PLA cumple la función. El consumo energético para mantener la cama a 100 °C en lugar de a 60 °C es considerable. Elegir el material adecuado para la aplicación es fundamental para la eficiencia.
  6. Aísle su cama calefactada: Una modificación sencilla y eficaz consiste en añadir una capa de corcho o espuma aislante en la parte inferior de la cama. Esto reduce la pérdida de calor hacia abajo y ayuda a que la cama mantenga la temperatura con menos esfuerzo.
  7. Imprime en una habitación más cálida: Si es posible, evita usar la impresora en un ambiente muy frío. Una temperatura ambiente más cálida reduce la carga térmica en los calentadores de la impresora.
  8. Apague la impresora cuando no la utilice: Las impresoras modernas consumen poca energía en reposo, pero no es nula. Una vez finalizada la impresión, no deje la impresora encendida durante la noche. Apáguela para ahorrar energía.

Preguntas frecuentes

P: ¿Las impresoras 3D consumen mucha electricidad cuando están inactivas?
R: No. En reposo (encendida pero sin calentar ni imprimir), una impresora 3D típica consume solo entre 5 y 15 vatios. Esto es similar al consumo de muchos otros dispositivos electrónicos en modo de espera, como un televisor o un monitor de ordenador.

P: ¿Es más barato imprimir un objeto en 3D que comprarlo?
R: Desde el punto de vista del coste de la electricidad, la respuesta es casi siempre sí. El coste eléctrico para imprimir un objeto suele ser de apenas unos céntimos. Los costes principales son el filamento y la propia impresora. Para muchas piezas personalizadas o difíciles de encontrar, imprimir resulta mucho más económico que comprarlas.

P: ¿Una impresora 3D más grande consume más electricidad?
R: Generalmente, sí. La razón principal es que un mayor volumen de impresión requiere una cama caliente más grande. Una cama de 300x300 mm tiene más del doble de superficie que una de 200x200 mm y requiere mucha más energía para calentarse y mantener su temperatura.

P: ¿Cuánta energía consume la estación de lavado y curado de una impresora 3D de resina?
R: Muy poco. Una estación típica de lavado y curado utiliza componentes de bajo consumo. El agitador magnético o el motor de la estación de lavado y los LED UV de la estación de curado, en conjunto, suelen consumir entre 20 y 40 vatios. Dado que solo funcionan durante unos minutos por impresión, su consumo energético total es insignificante.

Reflexiones finales

La impresión 3D es una tecnología poderosa que da vida a los diseños digitales y, para la mayoría de los usuarios, no representa un pasatiempo de alto consumo energético. La electricidad necesaria para el funcionamiento de una impresora de escritorio constituye una fracción muy pequeña del gasto total, mucho menor en comparación con el coste del filamento, la resina y la propia máquina.

Al comprender los factores clave que influyen en el consumo de energía —desde la elección del material hasta la temperatura ambiente— y al aplicar estrategias sencillas de optimización, tendrá un control total sobre el consumo energético de su impresora. Así que, adelante, comience ese próximo gran proyecto. Podrá imprimir con creatividad y confianza sin preocuparse por sorpresas en su próxima factura de luz.

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